Quiero a los espantapájaros de Oliverio mientras voy por la ciudad.
Que un ánima pelirroja me los lea en el subte al anochecer volviendo a casa.
Que se impriman en letras cursiva sobre el obelisco a las tres de la tarde, cuando hace tanto calor que te podés cocinar un huevo frito en el asfalto.
Que los griten los sauces de las plazas porteñas, esas que amanecen con el olor al café de los bares y cuyas palomas se alimentan de las migajas de los sueños de algún vagabundo.
Quiero a los espantapájaros de Oliverio mientras voy por la ciudad.
ResponderEliminarQue un ánima pelirroja me los lea en el subte al anochecer volviendo a casa.
Que se impriman en letras cursiva sobre el obelisco a las tres de la tarde, cuando hace tanto calor que te podés cocinar un huevo frito en el asfalto.
Que los griten los sauces de las plazas porteñas, esas que amanecen con el olor al café de los bares y cuyas palomas se alimentan de las migajas de los sueños de algún vagabundo.
En fin. Quiero a los espantapájaros de Oliverio.