jueves, 22 de octubre de 2009

Encontrando (m)




Un dios tirano barrenó las aguas

contra las costas de mi silencio.

Encontré desmayadas las sombras,

encontré la efeméride.

Sangraron los pedregullos, sangró la arena.

Todo fue química,

todo costras,

aun mi música sobre el ring de los verdes.



lunes, 5 de octubre de 2009

El sueño 8 (ocho)


El sueño se extiende en el segundo.

Se abre.

Cierra luego su pared de vientos.

PUF.

Alguien llora las palabras.

El mismo anfibio de la jaula rota.

SNIF.

La tierra inhabitable

se vuelve sacrificio en su derrotero de espinas.

AH.

El suplicio.

La redención que no llega.

TAC.

El espejo que nunca fue.





domingo, 4 de octubre de 2009

LaDy LaZaRuS



Lo logré otra vez,
Me las arreglo —
Una vez cada diez años.
Especie de fantasmal milagro, mi piel
Brillante como una pantalla nazi,
Mi diestro pie
Es un pisapapel,
Mi rostro un fino lienzo
Judío y sin rasgos.
Descascara la envoltura
Oh, mi enemigo,
¿Aterro acaso? —
¿La nariz, las cuencas vacías, los dientes?
El apestoso aliento
Se desvanecerá en un día.
Pronto, muy pronto, la carne
Que la tumba devoró
Se sentirá bien en mí
Y yo una mujer que sonríe.
Tengo sólo treinta años.
Y como gato he de morir nueve veces.
Esta es la Número Tres.
Qué desperdicio
Eso de aniquilarse cada década.
Qué millón de filamentos.
La multitud mascando maní se agolpa
Para verlos.
Cómo me desenvuelven la mano, el pie —
El gran desnudamiento.
Damas y caballeros.
Estas son mis manos
Mis rodillas.
Soy tal vez huesos y pellejo.
Sin embargo, soy la misma, idéntica mujer.
La primera vez que sucedió tenía diez.
Fue un accidente.
La segunda vez pretendí
Superarme y no regresar jamás.
Oscilé callada.
Como una concha marina.
Tenían que llamar y llamar
Recoger mis gusanos como perlas pegajosas/
Morir
Es un arte, como cualquier otra cosa.
Yo lo hago excepcionalmente bien.
Lo hago para sentirme hasta las heces.
Lo ejecuto para sentirlo real.
Podemos decir que poseo el don.
Es bastante fácil hacerlo en una celda.
Muy fácil hacerlo y no perder las formas.
Es el mismo
Retorno teatral a pleno día
Al mismo lugar, mismo rostro, grito brutal
Y divertido:
'Milagro!'
Que me liquida.
Luego una carga a fondo
Para ojear mis cicatrices, y otra
Para escucharme el corazón –
De verdad sigue latiendo.
Y hay otra y otra arremetida grande
Por una palabra, por tocar
O por un poquito de sangre
O por unos cabellos o por mi ropa.
Bien, bien, está bien HerrDoktor.
Bien. Herr Enemigo.
Yo soy vuestra obra maestra,
Su pieza de valor,
La bebe de oro puro
Que se disuelve con un chillido.
Me doy vuelta y ardo.
No creas que no valoro tu gran cuidado.
Ceniza, ceniza —
Ustedes atizan, remueven.
Carne, hueso, nada queda 00
Una barra de jabón,
Una alianza de bodas.
Un empaste de oro.
Herr Dios, Herr Lucifer
Cuidado.
Cuidado.
Desde las cenizas me levanto
Con mi cabello rojo
Y devoro hombres como el aire.



SyLvIA pLaTh


"MORIR es un arte, como todo / yo lo hago excepcionalmente bien." La extraña y sobrecogedora jactancia de estas líneas de "Lady Lazarus", uno de los más célebres poemas de Sylvia Plath, remite sin embargo a la reflexión inevitablemente complementaria: vivir es también un arte, tan difícil como morir, y Sylvia Plath padeció su vivir como un arte descuartizador al cual nunca escamoteó su terquedad indomable, su equivocado coraje, el tenaz voluntarismo típico de los años 50, que ejerció sin desmayo a través de sus brillantes y trágicos treinta años. Producto del elegante y exigente Smith College, precoz ganadora de premios y concursos, incisiva, ambiciosa y enormemente dinámica, Sylvia Plath parece haber sabido desde el principio, sin embargo, que a través de su infatigable carrera hacia la obtención de un prestigio poético excepcional, lo que la aguardaba no era la consagración final sino aquel fatal desenlace"

soñando con la muerte

Pupilas membranosas que alumbran la inexistencia

Los cobayos anencefálicos hoy sirven mi banquete:

la materia arrobada, la cosa inerte, el ser bebe, el ser opalino.


(No puedo pensar en la muerte sin la comba.

no se del mundo sino gimo)


El espectáculo que resiste a los ruidos :

el rebenque del fantasma, las costillas rotas, el gran angular de los sentidos.



(y yo que amo que mato que sigo)